Flamenco siempre ha sido mi lugar de refugio donde me ha permitido perderme en su arte.
Cuando fui diagnosticada con cáncer de mama y recibiendo tratamiento el Flamenco continúo siendo mi santuario.
En ese periodo todo se veía muy oscuro, pero mis momentos de alegría venían cuando mi mente se escapaba a los vestidos vibrantes, su música conmovedora y baile cautivante.
Esto despertó en mi creatividad, habilidades escondidas y motivación para crear FlaMona; una marca diseñada y hecho a mano para las necesidades de bailaoras flamencas en el mundo.
Mientras continuo mi batalla deseo que esta marca represente perseverancia, determinación, esperanza, resiliencia y mucho más, porque todos tenemos el control de la potencial interna que dicte como enfrentamos las adversidades.
El crecimiento de FlaMona no seria posible sin la ayuda de mi padre Francisco, ayudándome en la confección, mi madre Gladis, gestionando los envíos y mi hermana Margarita en marketing. Estoy eternamente agradecida por mi familia y el apoyo, amor y aliento que me brindan.